Así nos impacta el clima espacial

23.12.2014 10:23

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Conozca cómo funciona el primer servicio meteorológico espacial en español.

Este servicio meteorológico permitirá conocer la actividad del Sol y su interacción con la Tierra.

“El viento solar está actualmente perturbado por la llegada de la emisión del pasado jueves 18. Los primeros signos de esta alteración se observaron ayer a las 18:24 UT con la llegada de un choque interplanetario. La velocidad de viento solar apenas ha superado los 450 km/s”.

Este extracto del reporte meteorológico espacial suena más aterrador de lo que en realidad es. Se trata de una lectura de la actividad del Sol y su interacción con la Tierra, tomada ayer (lunes), por el recién inaugurado Servicio Nacional de Meteorología Espacial (SeNMEs), el primero del mundo en español. Emite, diariamente, un reporte similar al del clima en nuestro planeta, pero enfocado en la actividad espacial.

Aunque parezca lejano, el clima espacial impacta directamente a la sociedad. Consuelo Cid, investigadora responsable del SeNMEs, lo explica así: “Si el señor que está sentado frente al televisor es amante del fútbol, imagínese que justo cuando el jugador va a dispar en la final del Mundial hay un apagón provocado por la actividad solar. Pues se pierde el gol”.

Pero perderse el momento más importante en la final de un Mundial no es lo más grave. Y aunque tampoco hay que ser alarmistas, una tormenta solar puede dejarnos sin señal de celular y sin conexión a internet; el fin del mundo para algunos.

Pero también puede sobrecargar las estaciones eléctricas y provocar cortes, así como afectar la operación aérea y los sistemas de señalización (como semáforos).

El astrofísico colombiano Santiago Vargas explica que hay dos componentes: la radiación, que es la luz que emite el Sol y que tarda 8 minutos en llegar a la Tierra. La otra son las emisiones de plasma, con partículas cargadas de alta energía (protones y electrones). “De esto es parte el viento solar, que cuando hay tormentas se intensifica y puede viajar a 2.000 kilómetros por segundo, para llegar en dos días a nuestro planeta”.

El registro de la tormenta solar más fuerte hasta la fecha ocurrió en 1859. Se le conoce como el evento Carrington (por el astrónomo que la documentó, Richard Carrington) y se dio el 28 de agosto de ese año, pero su impacto más fuerte se sufrió entre el primero y el 2 de septiembre. Destrozó la red de telégrafos de la época en Europa y América del Norte y ocasionó innumerables incendios.

Pronosticar un evento así es aún una utopía, señala el astrofísico Vargas. “Lo que se quiere es en algún día ser capaces de saber qué va a pasar con el clima espacial, así como los meteorólogos lo hacen con el clima en la Tierra”, añade.
Explicó, además, que es el Sol el que determina qué va a pasar con el clima interplanetario de nuestro sistema y por ello que suceda ahí puede cambiar las condiciones en el espacio.

Por ahora, con el registro diario del SeNMEs, se podría actuar, con un margen de pocas horas, pues los satélites que registran el clima espacial están, entre los 150 millones de kilómetros que separan al Sol de la Tierra, muy cerca de nuestro planeta.

El servicio del SeNMEs está abierto al público en su sitio web. Allí se observan cuatro barras (las dos de la derecha exclusivas para España), con un sencillo código de colores (rojo es alta actividad y verde baja). Las escalas R (bloqueo de radio) y S (tormenta de radiación solar) muestran el valor de la máxima perturbación en los últimos 30 minutos y el pasado más reciente el de las últimas 2 horas.

Las personas se pueden suscribir gratis al sistema de alerta, vía correo electrónico, para recibir los informes diarios y avisos en el caso de que haya una actividad muy severa.

“Nos pareció que una forma oportuna de ofrecer este servicio a la gente era un portal web. Ya teníamos un servicio, pero digamos que había cierta confusión, pues en algunos momentos alguien hablaba de una fulguración en el Sol, pero no siempre eso significa que pasará algo en la Tierra. No en cuanto a campo magnético, tal vez sí en cuanto a radiocomunicaciones”, señala Cid.

Un servicio propio para Colombia

Si bien las tormentas solares afectan mayormente los polos y las latitudes altas, pues las partículas se depositan más fácilmente en el norte y el sur del planeta, y desde allí de donde salen y a donde llegan las líneas de campo magnético terrestre, cuando la tormenta que impacta es muy fuerte puede deformarlo y afectar otras zonas del planeta. 

El astrofísico Vargas aclara que el campo magnético cambia tanto que puede afectar zonas ecuatoriales, aunque Colombia no está tan en riesgo. Sin embargo, insiste en que sería clave para un país como el nuestro tener su propio análisis.

En el mundo son cerca de 15 países los que conforman una red y España con el lanzamiento de su servicio meteorológico espacial fue el último en sumarse.

El valor que aportaría Colombia –añade Vargas- está en que complementaría el estudio global, haciendo un registro en zona de países ecuatoriales. “Lo primero es tratar de ser parte de esa red, de hacer estudios de la influencia solar en latitudes ecuatoriales y resaltar la importancia de cómo las tormentas solares nos afectan incluso a países como Colombia”, sostiene el astrofísico.

Esta apuesta alimenta la reciente discusión de la necesidad de, como país, meterse en la era satelital. “Tenemos que meternos en el grupo de países que han desarrollado sus satelitales. Lo importante no es solo desde el punto de vista del desarrollo tecnológico sino que se podría, por ejemplo, prevenir desastres en el país gracias a estudios con satélites de observación terrestre", insiste.